La Hispanidad: nuestras Ítacas
de https://www.GEOGRAFIAINFINITA.COM/2019/10/viaje-a-la-hispanidad-nuestras-itacas/
“Ahora digo —dijo a esta sazón don Quijote— que el que lee mucho y anda mucho ve mucho y sabe mucho”.
Miguel de Cervantes -Quijote, 2ª Parte, Cap. XXV-
“La Leyenda Negra con que la Reforma se ingenió para denigrar la empresa más grande y más noble que conocen los siglos sólo tuvo calidez en el mercado de los tontos o de los interesados”
Eva Duarte de Perón
“Tu verdad no, la Verdad; y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela”
Antonio Machado
Por lo que el tiempo nos va regalando de experiencias, en materia viajera hemos descubierto que, al mismo tiempo que se proyecta la llegada a destino final, se disfruta con igual placer del trayecto, del aprendizaje que se adquiere en cada etapa del camino.
Los que compartan esta convicción probablemente hayan leído el evocador poema “Viaje a Ítaca” escrito por el alejandrino Costantin Kavafis. Sin duda uno de los más bellos poemas sobre el sereno placer de viajar –de vivir, seguramente– que se han escrito.
Probablemente también, los que conocen este poema tienen una percepción muy clara de su mensaje. Las Ítacas son lo que cada viaje –cada experiencia – va provocando en nosotros. El transitar sereno, el goce sensible, el conocimiento de lo nuevo en sus diversas facetas, internalizando sus visiones, sus olores y sus sabores. Su esencia en suma, enriqueciéndonos en experiencia mediante el recorrido.

En este poema el mar y cielo, las historias y los mitos pueden ser de cualquier parte del mundo, y no necesariamente del Egeo. Kavafis no tiene la intencionalidad de presentar los lugares que rodeaban a Ulises, sino aquellos con los cuales cada viajero puede identificarse mirándose a sí mismo.

Las reflexiones anteriores resultan especialmente idóneas para este otro viaje a Ítaca que me atrevo a plantear a los lectores. Solamente hago una advertencia: se trata de un viaje sin retorno.
Los que ya lo emprendimos en su momento seguimos comprobando día a día que nos sumergimos en un aprendizaje fascinante, cautivador, único. Un viaje que implica a la vez tanto un discurrir geográfico–de lugares, caminos, naturalezas, paisajes, entornos, climas, texturas, colores y sabores–, que se antoja inabarcable; como un reencuentro emocional
Emociones que nos despierta descubrir todo un mundo de Historia, de leyendas y de pasiones; de hombres, dioses y poetas; de misterio, santería y magia; de filantropía y fanatismo; de arte, arquitectura y urbanismo; de iglesias, misiones, escuelas y universidades; de lenguas, razas, querencias y mestizajes…, tan diferente de nuestro entorno cotidiano y al mismo tiempo, tan palmariamente cercano y familiar.
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La Hispanidad: nuestras Ítacas
Los españoles tenemos la inmensa fortuna de, además de ser parte relevante de la cultura grecolatina y mediterránea, ha querido el destino que extendiéramos este acervo cultural, al realizar por nuestros propios medios una hazaña histórica de expansión geográfica y cultural que no tiene comparación en la historia de la Humanidad.
Se trata de lo que constituye hoy día las bases de este inmenso espacio geográfico, histórico y cultural que constituye nuestra Hispanidad.

Por razones de trabajo tengo la suerte de viajar con bastante frecuencia a Hispanoamérica –de hecho estas reflexiones provienen en gran medida de las horas muertas de aeropuerto, de avión y de hotel en esos viajes-, y también de tener excelentes amigos allí.

Esto me permite disfrutar con parte de la huella cultural que dejaron nuestros antepasados –que son los suyos– en este continente hermano. Tienen en su inmensa mayoría un gran cariño por España, y es muy estimulante conversar y compartir diferentes experiencias con ellos, siempre enriquecedoras.
Sin embargo me causa enorme tristeza regresar a España y ver la poca querencia por nosotros mismos y el gran desconocimiento de la influencia cultural –artística, empresarial, técnica, social…- que ejerce nuestro país, y que todavía hoy tenemos los españoles, tan implantada además en ciertos círculos sociales supuestamente “ilustrados”, tan poco edificantes de escuchar y/o leer, ciertamente. Esta representación se extiende a veces lamentablemente al concepto que muchos españoles tienen de la Hispanidad.
Por eso considero de la mayor importancia dirigir estas sugerencias a personas de mentalidad abierta e inquieta, de lectura crítica y a la vez serena; de mirada amplia y sobre todo de curiosidad permanente.
Más aún, y aunque obviamente quisiera atraer a todo tipo de lector “curioso”, me gustaría especialmente despertar interés en las personas que se consideran a sí mismas del espectro más “progresista” de nuestro entorno. Por lo que yo he visto, aún hoy muchos conciudadanos nuestros miran la historia común con cierto recelo y demasiados prejuicios. Y ciertamente creo que esto es un gran error.
La historia de España no puede ser una ideología. Es perfectamente factible reconciliarnos con ella manteniendo un pensamiento igualmente “social y universal”. Bastaría simplemente en este caso con despojarnos de ciertos prejuicios y comenzar a investigar con ecuanimidad. Y también iniciar este otro viaje que podría ser recorrer con esta nueva mirada los lugares –y las gentes– donde nuestros antepasados comunes forjaron las bases de este inmenso legado. Hispanismo Ilustrado, si se me permite. Estáis todos invitados.
Dos espacios de acercamiento
Como equipaje vital, este otro Viaje a Ítaca a realizar cubriría en mi opinión dos espacios de conocimiento o experiencia que veo esencial plantearse al mismo tiempo.
El primer espacio al que invito al lector consiste en descubrir por sí mismo, investigar, visitar –en la medida de sus posibilidades- y en todo caso conocer mejor aquellas historias y lugares relacionados con el periodo que va desde finales del siglo XV hasta principios del XIX. Indagar libres de tópicos para desentrañar uno de los episodios más fascinantes de la Historia.
El segundo espacio de acercamiento en el cual me gustaría poner mi grano de arena para corregir es el –a mi juicio– tristemente generalizado desconocimiento general –casi desapego– que hay en España sobre todo lo que significa Hispanoamérica en la actualidad, su pensamiento, su desarrollo, su cultura, su sociedad, su día a día y sus expectativas, aunque sea en forma de pinceladas.
Más de 300 años de Hispanidad
Dejo a criterio del lector elegir las fuentes para investigar sobre los más de 300 años de Hispanidad que abarcan desde la unificación de reinos en España, la expansión mediante la navegación, la exploración y los descubrimientos.

Y derivado de esto, el encuentro con diferentes culturas, y las subsiguientes guerras y conquistas que se dieron. Con sus claroscuros, por supuesto. Y después y principalmente –por ser más desconocido-, como se pudo lograr toda la organización y administración por ese tiempo de este inmenso espacio común de convivencia.
Por su extensa duración, resultará preciso indagar sustancialmente sobre cómo se desarrolló la organización de este vasto Imperio en los distintos Virreinatos, cómo era el funcionamiento de la Sociedad Civil, así como la relación con los Indígenas y la población autóctona. Las iniciales encomiendas y los posteriores derechos y obligaciones para con la población.
“ADMIRO ENTRE LOS HABITANTES DE ESTOS LEJANOS PARAJES ESA LEALTAD, ESA SENCILLEZ DE CARÁCTER, ESA MEZCLA DE AUTORIDAD Y DE BONHOMÍA, QUE HA SIDO SIEMPRE CARACTERÍSTICA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA. SI LAS LUCES NO ESTÁN MUY EXTENDIDAS, MUCHO MENOS LO ESTÁ LA INMORALIDAD. (…) MIENTRAS MAS VIVO EN LAS COLONIAS ESPAÑOLAS, MÁS ME GUSTAN. AL REGRESAR A EUROPA ME DESESPAÑOLIZARÉ CON GRAN PESAR”.
Alexander Von Humboldt. Cartas Americanas. Carta del 3-2-1800 dirigida desde Caracas a Philippe de Forell. Publicada en: Minguet, Charles (ed.), , p. 44. Venezuela: Ayacucho, 1980
Esto sin dejar de lado el desarrollo que en su caso se diera de la industria y el comercio, las escuelas, las iglesias y las universidades, el pensamiento filosófico, económico y social, y también en qué consistió en su momento el tan injustamente desconocido Humanismo e Ilustración Hispanas…
“LOS PRINCIPIOS TEÓRICOS DE LA ECONOMÍA DE MERCADO Y LOS ELEMENTOS BÁSICOS DEL LIBERALISMO ECONÓMICO NO FUERON DISEÑADOS, COMO SE CREÍA, POR CALVINISTAS Y PROTESTANTES ESCOCESES, SINO POR LOS JESUITAS Y MIEMBROS DE LA ESCUELA DE SALAMANCA DURANTE EL SIGLO DE ORO ESPAÑOL.”
Friedrich A. Hayek, economista austriaco y premio Nobel de economía

Y por supuesto deberemos analizar en su contexto la importancia que tuvo en todo este proceso la Iglesia y los tribunales eclesiásticos, así como las controversias éticas y morales que provocó la conquista en España, y derivado de esto, la novedosa legislación que se instauró al efecto, base del Derecho moderno de gentes y del Derecho Internacional, precursora también de los primeros Derechos Humanos.

Y por extensión, personalmente opino que se debería examinar con igual detalle –y si, también comparar– la situación y el trato que se produjo en los territorios ocupados en diversos periodos por las potencias coloniales europeas, así como el porqué del nacimiento y la extensa difusión de la Propaganda y la Leyenda exclusivamente antiespañolas…
Native americans and «mestizos» by country (%):
Honduras – 97
Paraguay – 95
Mexico – 90
Bolivia – 88
El Salvador – 86.5
Peru – 86
Costa Rica – 86
Ecuador – 85.3
Guatemala – 82
Nicaragua – 74
Panama – 77.3
Chile – 10.8
Canada – 4.4
United States – 1.1Source: CIA Factbook.
Y como no, para el final de esta magna empresa, invito al estudio sosegado del contexto en el cual se produjeron los movimientos de separación, las influencias –si las hubo– que provocaron el surgimiento de la corriente independentista, las luchas que se dieron en los diferentes virreinatos, cual fue en su caso la actitud de la población indígena, y si hubieron –y en qué grado– injerencias foráneas, hasta que llegó la ruptura final, la separación y la independencia… y también lo que ocurrió seguidamente en los países recién formados.
Sugiero examinar siempre la información de fuentes variadas, realizando una búsqueda equilibrada, y analizar sin sesgos la información de todo lo que ocurría en la América precolombina, lo que aconteció en la conquista y lo que quizás significó –desde una perspectiva histórica- económica y culturalmente para América, Europa y el Mundo todo este asombroso periodo de coexistencia de las Españas.
Las Españas: crisol y mestizaje de culturas
Sí quiero aclarar que, si bien invito a los lectores a analizar toda la información con la mayor objetividad, en ningún momento pretendo parecer equidistante. Soy español y estoy sincera y serenamente orgulloso de serlo. Mi españolidad –mi hispanidad realmente– obviamente no alberga ningún sentimiento de superioridad o exclusión frente a otras procedencias, sobre todo porque considero a España en sí misma como un crisol de culturas.
Concretamente, como levantino y mediterráneo que soy, me gusta pensar que por mi sangre corren gotas –y ojalá también acervo cultural– de numerosos antepasados, que son todos los pueblos que han poblado nuestra Península, tanto prehistóricos como provenientes del Mediterráneo, de las culturas clásicas, del norte de Europa, de Asia y África, y posteriormente de otras regiones españolas. Todos en diferente mezcolanza.
Pero es que además otra rama de nuestros antepasados se mezclaron a su vez con las culturas que había en América –los quechua, charrúa, guaraní, muiscas, aimara, tupíes, quiché, náhuatl, naya, yuracaré, acateco, yuruna, cacaopera, mapuche, mataco y tantos otros-, creando ese nuevo y único mestizaje del que el hispanista Hugh Thomas dijo que “fue la mayor obra de arte lograda por los españoles en el Nuevo Mundo, una mezcla de lo europeo y lo indio”.
En este sentido, la Hispanidad como metáfora de la Humanidad -con sus virtudes y sus defectos-. ¿Maravilla o Anatema? Lo dejo a vuestra elección…
Y para terminar esta parte, un apunte importante: como sin duda conocen ya muchos lectores, o averiguarán aquellos a los que les despierte la curiosidad investigadora este artículo, durante más de 300 años la España peninsular y los territorios de Ultramar fueron lo mismo.
Es decir, el Virreinato de la Nueva España o el del Perú eran iguales administrativamente que el Virreinato de Navarra, de Valencia o de Sicilia. Sus habitantes eran todos súbditos de la corona española, con similares derechos y obligaciones, vivieran en Zaragoza o en Zacatecas. Eran las Españas –reflejadas como tal por ejemplo en la famosa Constitución de 1812-.
La Hispanidad ahora y en el futuro
Con la misma o mayor importancia que lo apuntado hasta ahora, el otro espacio que nuestro Viaje a la Ítaca de la Hispanidad tiene indefectiblemente que contemplar, es conocer más a fondo sus países y ciudades, su arquitectura y urbanismo, su belleza natural, sus monumentos históricos, su sociedad actual, su grado de desarrollo y sus expectativas. Igualmente las comunidades autóctonas, su inmensa riqueza cultural, productiva y humana, y también claro su gran variedad gastronómica fuera de los más habituales circuitos turísticos de sol y playa.
En este otro aspecto del viaje os invito a contemplar, junto con los principales monumentos precolombinos, el impresionante patrimonio cultural legado en los tres siglos que duró el Imperio español en el continente americano, así como sus maravillas naturales, sus ciudades, su sociedad, su momento actual, su desarrollo y sus proyecciones de futuro. Y a hermanarnos activamente con ellos para acompañarnos mutuamente en ese fascinante trayecto.
Desde la Tierra del Fuego hasta Alaska, desde Guanahaní hasta Mindanao… Santiago, Atacama, Pascua, Los Andes, Buenos Aires, Montevideo, Iguazú, Titicaca, Asunción, La Paz, Machu Picchu, Quito, Galápagos, Bogotá, Cartagena, La Guajira, Panamá, Tortuguero, México –México, que precisaría una vida entera porque lo tiene todo a la vez-, Cuba y el Caribe, el Pacífico y Filipinas, … el trayecto hispano se antoja inabarcable. Y quizás por ello también, para nosotros, irrenunciable.
Ahora somos la Hispanidad. De todos nosotros –a ambos lados de los océanos– depende en el futuro preservar, difundir y potenciar este inmenso legado que nos dejaron nuestros antepasados.
¡Que tengáis un bello y provechoso viaje!
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